Una vez más, el Teatro Británico estrenó una obra maravillosamente dirigida por Jorge Chiarella. Es probable que muchos hayan visto la historia de Mozart y Salieri en la conocida película del mismo nombre, que se hizo acreedora de varios premios Oscar. Si no lo sabían, originalmente fue estrenada en las tablas hasta que años después se logró su estreno en el cine.
Hoy en día tenemos esta misma obra en nuestras salas con un elenco de renombre destacando el gran Bruno Odar quien interpreta a un muy humano Salieri, hombre de familia y destacado músico de la corte de Viena, quien siempre fue muy devoto, con una fe profunda y gran amor a Dios a quien le dedica su talento y su obra hasta que un joven Mozart, interpretado por Gian Piero Díaz, con un mayor talento que Salieri e incluso mayor talento que cualquier músico de la época y de cualquier otra época, provoca en Salieri una profunda admiración a su talento musical y al mismo tiempo una envidia muy grande por el gran talento del joven Mozart quien a su vez es una persona muy irresponsable, podría decirse que irreverente y bohemio, nada cercano a Díos al parecer de Salieri.
La obra plasma los sentimientos encontrados de Salieri hacia Mozart, hacia sí mismo. Muestra además cómo los sentimientos y valores pueden verse afectados por la falta de seguridad, falta de confianza, prejuicios y quiebre de integridad moral.
Esta obra aún se encuentra en cartelera y recomiendo ir a verla. Es muy buena… el tiempo que dura la obra no se siente (3 horas), la transformación de los personajes a lo largo de la historia es grande y la interpretación excelente. Bruno Odar es un maestro. A pesar de las primeras actuaciones en teatro de Gian Piero Díaz, es destacable.
Me cuentan qué les parece!